Y en este ambiente familiar que os trato de describir, no tardaremos en atrevernos a preguntar si nos dejan hacer una foto en la cabina. ¡Uffff, la tentación es tan fuerte...! Y no sólo nos dejan, es que el capitán me saca la hoja de ruta, y mira, por aquí vamos ahora, luego llegaremos a los primeros hielos aquí, y de dónde sois, y bla bla bla... En fin, creo que una imagen valdrá tanto como mil palabras...
Y cuando por fin aterrizamos, hace un frío de c******, el cielo despejado quedó atrás hace tiempo, y la primera sorpresa nos está esperando: el aeropuerto de ILULISSAT está a 4 km. de la ciudad, no hay transporte público y tampoco hay ningún taxi, ni se los espera. Tan sólo algún servicio de recogida de los hoteles, pero como nosotros no vamos a un hotel... Me temo que nos tocará caminar un rato. Por suerte, sólo llevamos unos 40 kilos de equipaje, así que no vamos mal...
Y claro, ya puestos a pedir, por la ley de Murphy nuestro albergue es la casa más alta de toda la ciudad ("Ya veréis, nos había dicho Javi de Arctic Yeti, el albergue tiene las mejores vistas". Sólo que no contábamos con la pequeña caminata...). Cuando por fin logramos acceder al que será nuestro hogar durante un par de días, sin duda aceptaremos el esfuerzo. Realmente estamos en la casa más alta, muy acogedora, hace calorcito dentro, y las vistas sobre la bahía merecen la pena.
Naturalmente, no tardaremos en prepararnos para nuestro primer paseo por la ciudad, la tercera en importancia de la isla, con sus casi 4000 habitantes y su economía boyante y en crecimiento, gracias a la nominación en 2004 de su Gran Fiordo Helado (The Ilulissat Icefjord) como Patrimonio de la Humanidad, por parte de la UNESCO. Hoy ya no queda mucha luz, pero mañana, naturalmente, será nuestra primera visita. El tiempo no es muy bueno para las fotos, aunque tampoco sentimos tanto frío como al llegar. Así
que un paseo por los alrededores, por el puerto, entablando conversación con los artesanos locales del hueso...
Hasta que decidimos subir de nuevo a nuestro castillo, a descansar un poco y comer algo, porque no olvidamos que venimos a cazar Auroras, así que esta noche, que ahora empieza a caer, no ha hecho más que empezar. Y las vistas, al caer la tarde, es verdad, son bastante chulas. Y la noche, nuestra primera noche en Groenlandia... Bueno, ya os contaré. De momento, como digo, descansad un poco y comed algo...
Guaoooo, que maravilla de viaje Rafa, que buena pinta tiene esa aventura, chapó amigo.
ResponderEliminarEsperamos con ansias mas relatos y fotos, muchas fotos.
Un abrazo Fernando.