Queridos amigos:
Hoy he recibido una carta que, no por esperada, me hace menos ilusión. Resulta que una de mis fotos, que no llegó a ganar nada, sí ha resultado elegida para formar parte del precioso catálogo del concurso que edita la asociación fotográfica FOTODRUSTVO de Eslovenia, el NARAVA 2014. Viendo el nivelazo de las fotos, es todo un honor. Os dejo un enlace a la página del concurso AQUÍ, aunque no he conseguido ver la galería de las fotos ganadoras. Así que, cómo no, ejercicio de vanidad, os enseño la mía:
Un saludo, ¡y nos vemos en "Groenlandia" dentro de unos días!
30 de octubre de 2014
28 de octubre de 2014
GROENLANDIA 2013 (2)
Queridos amigos:
Ya está aquí, la segunda entrega del viaje a Groenlandia. Y en realidad, seguimos todavía en Islandia. Después del inevitable "Triángulo de Oro", decidimos visitar otra de las regiones que nos encantan de Islandia, la península de Snaefells, o Snaefellsnes (Hale, ya sabéis cómo se dice península en islandés...). La península se extiende hacia el oeste, más o menos paralela a la de Reykjanes (la que contiene el aeropuerto y la capital, que también visitaremos más adelante, por cierto...), y nos encanta su costa sur con acantilados verticales de basalto, sus carreteras muy poco transitadas ( y menos aún en pleno invierno, y alejadas de la Nacional 1) Y nos gusta ese encanto novelesco que Julio Verne le dio, al introducir por el volcán Snaefells a sus protagonistas del "Viaje al centro de la Tierra".
Nuestra primera noche la pasaremos en un aparcamiento, junto al mar, en la "capital del sur" de la península, ARNARSTAPI, desde donde, en días claros, hacia el sureste, se puede distinguir Reykjavik. Esa noche estuvo nublada, incluso cayó una pequeña nevada. Así que ni rastro de la Aurora. Dormimos bastante bien y al amanecer, todavía nevando, nos pusimos en marcha...
Aunque poco a poco irá abriendo un poco, y los paisajes y los colores irán haciéndose más generosos con nosotros. En varias ocasiones lo he dicho, así que aquí os lo dejo escrito (y no me llevo comisión, ¿eh?): Su buscas las "Luces del Norte", Islandia es un gran sitio para intentarlo, con dos grandes ventajas: la primera, si por la noche no hay suerte, los paisajes que podrás fotografiar durante el día no te dejarán indiferentes; y la segunda, el clima es tan inestable que un temporal de cielos nublados de 5 días ininterrumpidos es altamente improbable. ¡Recuerda que para fotografiar la Aurora necesitamos cielos despejados!
Y por fin, cuando sale el sol, podemos contemplar el volcán, limpio bajo la (escasa) nieve recién caída...
Poco a poco, en el sentido de las agujas del reloj, vamos rodeando la península. El tiempo está mejorando, y podemos permitirnos algunos paseos lejos de nuestra pequeña y especial "nave espacial".
STYKKISHÓLMUR, la "capital del norte de la península, será nuestra última escala del día. Un importante puerto pesquero con buena "salida" hacia las aguas del norte, y el curioso mirador que domina puerto y mar abierto.
Ya está aquí, la segunda entrega del viaje a Groenlandia. Y en realidad, seguimos todavía en Islandia. Después del inevitable "Triángulo de Oro", decidimos visitar otra de las regiones que nos encantan de Islandia, la península de Snaefells, o Snaefellsnes (Hale, ya sabéis cómo se dice península en islandés...). La península se extiende hacia el oeste, más o menos paralela a la de Reykjanes (la que contiene el aeropuerto y la capital, que también visitaremos más adelante, por cierto...), y nos encanta su costa sur con acantilados verticales de basalto, sus carreteras muy poco transitadas ( y menos aún en pleno invierno, y alejadas de la Nacional 1) Y nos gusta ese encanto novelesco que Julio Verne le dio, al introducir por el volcán Snaefells a sus protagonistas del "Viaje al centro de la Tierra".
Nuestra primera noche la pasaremos en un aparcamiento, junto al mar, en la "capital del sur" de la península, ARNARSTAPI, desde donde, en días claros, hacia el sureste, se puede distinguir Reykjavik. Esa noche estuvo nublada, incluso cayó una pequeña nevada. Así que ni rastro de la Aurora. Dormimos bastante bien y al amanecer, todavía nevando, nos pusimos en marcha...
Y por fin, cuando sale el sol, podemos contemplar el volcán, limpio bajo la (escasa) nieve recién caída...
Poco a poco, en el sentido de las agujas del reloj, vamos rodeando la península. El tiempo está mejorando, y podemos permitirnos algunos paseos lejos de nuestra pequeña y especial "nave espacial".
STYKKISHÓLMUR, la "capital del norte de la península, será nuestra última escala del día. Un importante puerto pesquero con buena "salida" hacia las aguas del norte, y el curioso mirador que domina puerto y mar abierto.
Y los últimos minutos del día los dedicamos a buscar, de nuevo cerca de Reykajavik, "alojamiento con buenas vistas. Decidimos aparcar en la esquina suroeste de la península de Reykjanes, la más al suroeste de la isla, después de un viaje acelerado por llegar a tiempo y con luz a la playa que resultó ser decepcionante... Al menos el anochecer acompañó un poco más, con algunas luces chulas, y nuevas vistas sobre el mar y hacia el interior.
Todo ello, antes de nuestra última jornada en Islandia, no exenta, desde luego, de aventuras y cosas interesantes para ver, fotografiar y vivir. Como nuestra penúltima excursión a los siempre vistosos faros naranjas que jalonan el país, haciendo interesantes los paisajes que no lo parecen...
...O el campo geotermal de SELTÚN, uno de los más visitados porque está a 20 minutos de Reykjavik...
...O la pequeña concesión al turismo más consumista, con la completa sesión de relajación en la Blue lagoon, también a pocos minutos de la capital...
...Y de nuestra última noche de fotos, y prácticas de fotografía nocturna, también en la capital. Antes de coger el avión que hemos venido a coger, ese cuya pista seguiremos en el próximo capítulo de nuestro culebrón...
18 de octubre de 2014
GROENLANDIA, MARZO DE 2013
Todo ocurrió muy deprisa, casi sin darnos cuenta. Ya llevábamos varios inviernos viajando al norte, por aquello de las fotos de la Aurora Boreal, primero para el Icebar Madrid, y luego ya porque sí, porque la aventura del norte en invierno ya nos había enganchado. Y entonces llamó Luis, con aquella oferta a buen precio para viajar otra vez a Islandia, pero... escaparnos unos días a Groenlandia. ¡Aquello sí que sonaba remoto, emocionante, diferente, fuera de los circuitos! Aquello nos convenció enseguida. Se trataba de hacer cuentas y tirar para delante. Quedaba un par de meses, tal vez tres, pero en marzo nos íbamos, sí o sí. Permisos en el trabajo, equipamiento de invierno, búsqueda de información, sitios en Groenlandia, cuál será nuestro itinerario... Incluso confieso que, haciendo un gran esfuerzo, me tragué mis palabras tantas veces dichas: "La D700 Es una cámara buenísima, 12 megapíxeles es más que suficiente para casi todo ", y me abalancé a recorrer todos los mercadillos en busca de una flamante D800 nueva, que naturalmente acabaría cayendo... ¿lo véis? Al final, en esto de la tecnología, tarde o temprano encontramos la excusa perfecta...
Así que, por fin, un par de semanas antes de aquella Semana Santa del 2013, de nuevo estábamos en Barajas, y de nuevo nos esperaba el norte. El mes de marzo siempre nos ha parecido un buen momento para este viaje: Lo peor del invierno ya ha pasado, los días son más largos, pero las noches todavía duran 12 horas, sobra tiempo para hacer fotos de día y de noche. El límite son nuestras energías, lo que el cuerpo aguante. Y de hecho, aquel aterrizaje en Islandia, que a estas alturas ya nos resultaba familiar, y el alquiler de nuestra happy camper, nos puso en la carretera bien entrada la tarde, y decidimos pasar nuestra primera noche en el famoso triángulo dorado, a 45 minutos de Reykjavik: Thingvellir, Gullfoss, Geysir.
Y en Thingvellir pasamos nuestra primera noche y nuestra primera mañana de niebla, no especialmente prometedora, la verdad... Aunque alguna sorpresa sí nos esperaba, como esta preciosa perdiz nivel que estaba tan fuera de lugar en un paisaje con tan poca nieve. De las veces que hemos visitado el norte en invierno, ésta fue sin duda la más decepcionante en cuanto a nieve. ¡Apenas había más que en verano!
En fin, quedan muchos días por delante, y el plan nos sigue pareciendo apasionante, así que vamos a sacarle todo el partido que podamos. Y mientras intentaremos disfrutar lo más posible del camino...
Bueno, pues aquí aparece una foto que como veis no firmo yo. Me aprovecho de la ausencia de mi amigo Luis Martínez, que está en Senegal acompañando a nuestro gran amigo Antonio de la Rosa, en el arranque de su increíble aventura de CRUZAR EL ATLÁNTICO REMANDO (sí, sé que esto no tiene mucho que ver con Groenlandia, pero no puedo dejar de compartirlo porque si le visitáis, no podréis dejarlo. Hoy mismo ha comenzado la aventura, y como él dice: "VAMOSSS"!
En fin, que no quiero ponerme demasiado romántico con todo esto, pero esta vez me propongo darle un pequeño giro a mi crónica. quiero, como siempre compartir mi viaje, y quiero también daros mi punto de vista como fotógrafo, y compartir (ojalá esto os resulte interesante) mis vicisitudes y mis sensaciones COMO FOTÓGRAFO. Y gran parte de las fotos, esta vez, van a intentar contaros la historia de nuestro viaje. Como siempre espero que os guste la propuesta, y os animo a que la comparáis en vuestras redes sociales, y a que comentéis todo lo que os parezca. Trataré de responder a lo que despierte vuestro interés. Y trataré de teneros entretenidos las próximas semanas. Pero tendréis que estar atentos...
Por cierto, y al hilo de la falta de nieve: lo veréis en más de una foto: calor, lo que se dice calor, no hacía, pero frío, lo que se dice frío, tampoco...
¡Un saludo y hasta la próxima entrega!
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