(Text in English below)
Queridos amigos:
Ya hemos llegado, un año más al final del camino. Toca hacer balance y empezar a madurar nuevos proyectos. Los míos hierven en mi cabeza ansiosos por salir. Luego, el tiempo dirá...
También es el momento de felicitaciones para todos, y en mi caso también agradecimientos a todos, por vuestro seguimiento y vuestro apoyo durante estas últimas semanas, que de verdad me han animado a seguir manteniendo vivo este proyecto literario-fotográfico que ya va para los 6 años.
Y como lo prometido es deuda, aquí está mi regalo de Navidad, espero que os guste: las fotos que siguen son una pequeña selección de elegidas, no me atrevo a decir mis favoritas, porque el esfuerzo de descartar ha sido muy doloroso. Todas las imágenes son archivos listos para descargar y suficientes como fondo de escritorio. Y además, os regalo una de ellas, la que elijáis, como archivo de alta resolución listo para imprimir o enviar al laboratorio (tamaños hasta 50x75). Tan solo tenéis que contactar conmigo vía correo electrónico, o a través del formulario de contacto de la web, y ese será mi regalo de Reyes.
Por lo demás, mis quedos amigos, ¡Feliz Navidad y Próspero 2015!
Dear friends,
One more year has come to its end. Time to look back for a while, and then, again, look forward to all new projects. Mine are already overwhelming me, although only time will tell...
Also I want to send you all my best wishes for this new year, and my gratitude for all your support over these last weeks. That really is pushing me to keep on posting!
Here is one of my new year's resolutions: I want to post in Spanish and English from 2015. Hope I will...
And now, here's my Christmas gift for the season: a little selection of favorite photos, most of them not posted before. All of them are files you can download and use as wallpapers if you wish. And more, you can contact me via email (info@rafaruizfoto.com) or contact form at www.rafaruizfoto.com for a free high resolution file, the one you choose out of the ten ready to print or send to your local laboratory (should be good enough for up to 50x75 cm prints).
And nothing else, my dear friends, just Merry Christmas and Happy New Year!
24 de diciembre de 2014
17 de diciembre de 2014
GROENLANDIA (9): EL FINAL DEL VIAJE
Parece que ni yo mismo quería escribir este título. Han sido tantas las vivencias que han aflorado a mi mente (¡y mi corazón!) durante estas últimas semanas, que relamen yo también me he quedado enganchado con este viaje. Muchas gracias a todos por vuestro apoyo, por vuestras visitas y comentarios. Realmente me estáis motivando a seguir "blogueando", así que os deberíais ir preparando...
Sólo unas horas nos quedaban en Qeqertarsuaq, después de aquella noche en que las auroras no quisieron aparecer. La dediqué a visitar la escuela, el lugar de trabajo de Néjanguaq, la esposa de Ove. Ella trabaja allí como maestra de educación especial, pero en la escuela tiene todos los niveles de primaria y secundaria, hasta los aproximadamente 14 años, momento en que los chicos se van al Gymnasium (como la High School americana, en España sería un instituto sólo para Bachillerato), en Nuuk. Me encantó el ambiente tan íntimo, los alumnos tenían mucha movilidad, andaban por los pasillos, pero no castigados, sino haciendo trabajos autónomos mientras sus compañeros estaban en el aula haciendo otras cosas. Y sin duda, la decoración de las paredes, espectacular. Para ellos también mi visita era una fiesta, un preludio de las vacaciones de primavera que estaban a punto de llegar. Así que hubo tiempo también para posar ante la cámara...
Y ya no nos quedaba mucho más tiempo en aquel pequeño mundo tan lejano, tan remoto, tan acogedor, tan frío por fuera y tan cálido por dentro, en las distancias cortas. Ahora debemos despedirnos y emprender de nuevo el viaje de una hora en helicóptero:
Y a nuestra llegada a Ilulissat, todo nos parece como la gran ciudad: hay calles, gente, hoteles, tiendas... Groenlandia sigue presente, pero ya hemos dejado atrás esa sensación de algo único que nos ha acompañado durante nuestros días en Qeqertarsuaq. Decidimos darnos un penúltimo homenaje cenando en un entrañable restaurante con espectaculares vistas a la bahía. La actividad turística y pesquera ya ha comenzado, así que desde la ventana disfrutamos del lento atardecer y del tráfico portuario, mientras esperamos nuestros platos de, por supuesto, gastronomía local.
Y claro que no vamos a dejar pasar nuestra última noche sin un último intento de fotografíar la aurora boreal, aunque pronto abandonaremos el intento. Hoy hace mucho frío, unos 28 ºC bajo cero, y estamos cansados, como empezando a encajar la fatiga acumulada. Aún así, pondremos el despertador a las 5:30, y si nos quedan energías, nos levantamos al amanecer, ¿vale?
Y el amanecer, como para despedirnos con buen sabor de boca, nos regala algunas de las mejores imágenes del viaje. Primero, lo que vemos, desde la ventana del apartamento, sólo con salir al balcón:
Y después, la caminata de rigor, que ya vamos conociendo, y el premio por tanto frío como vamos a pasar esta última mañana:
...Antes de volver definitivamente al albergue, ahora sí, para ir recogiendo todas nuestras cosas, despacio, muy despacio, como con parsimonia, como no queriendo terminar este que sin duda está siendo el viaje de nuestras vidas. Aunque aún una pequeña sorpresa nos estará esperando (¡Esto parece inagotable como fuente de sobresaltos!): a punto de aterrizar en Islandia, nos sorprende una vez más nuestra querida Aurora, desde el avión, y las casi dos horas que transcurren entre la segunda de estas fotos y la tercera se me hacen eternas. No puedo dejar de verla, de disfrutarla, pero no puedo fotografiarla porque estoy esperando por el aterrizaje, por el equipaje, por el transporte al albergue, por la caminata... Por fin, cuando llegamos a un lugar interesante, ya sólo queda un pequeño atisbo. Es nuestra despedida del gran norte. Ahora sí. Aunque sabemos bien que no es más que un "hasta luego..."
En fin, queridos, una vez repuesto y secas de nuevo mis lagrimillas, debo cerrar esta serie, aunque en estas fechas tan señaladas, en que todos nos hacemos tantos regalos. Os tengo preparados unos pocos. Creo que llegarán a tiempo para Navidad, pero no debéis dejar de estar muuuuy atentos a los próximos días (Ya sabéis, el viejo truco para tratar de engancharos unos días más)...
Sólo unas horas nos quedaban en Qeqertarsuaq, después de aquella noche en que las auroras no quisieron aparecer. La dediqué a visitar la escuela, el lugar de trabajo de Néjanguaq, la esposa de Ove. Ella trabaja allí como maestra de educación especial, pero en la escuela tiene todos los niveles de primaria y secundaria, hasta los aproximadamente 14 años, momento en que los chicos se van al Gymnasium (como la High School americana, en España sería un instituto sólo para Bachillerato), en Nuuk. Me encantó el ambiente tan íntimo, los alumnos tenían mucha movilidad, andaban por los pasillos, pero no castigados, sino haciendo trabajos autónomos mientras sus compañeros estaban en el aula haciendo otras cosas. Y sin duda, la decoración de las paredes, espectacular. Para ellos también mi visita era una fiesta, un preludio de las vacaciones de primavera que estaban a punto de llegar. Así que hubo tiempo también para posar ante la cámara...
Y ya no nos quedaba mucho más tiempo en aquel pequeño mundo tan lejano, tan remoto, tan acogedor, tan frío por fuera y tan cálido por dentro, en las distancias cortas. Ahora debemos despedirnos y emprender de nuevo el viaje de una hora en helicóptero:
Y a nuestra llegada a Ilulissat, todo nos parece como la gran ciudad: hay calles, gente, hoteles, tiendas... Groenlandia sigue presente, pero ya hemos dejado atrás esa sensación de algo único que nos ha acompañado durante nuestros días en Qeqertarsuaq. Decidimos darnos un penúltimo homenaje cenando en un entrañable restaurante con espectaculares vistas a la bahía. La actividad turística y pesquera ya ha comenzado, así que desde la ventana disfrutamos del lento atardecer y del tráfico portuario, mientras esperamos nuestros platos de, por supuesto, gastronomía local.
Y claro que no vamos a dejar pasar nuestra última noche sin un último intento de fotografíar la aurora boreal, aunque pronto abandonaremos el intento. Hoy hace mucho frío, unos 28 ºC bajo cero, y estamos cansados, como empezando a encajar la fatiga acumulada. Aún así, pondremos el despertador a las 5:30, y si nos quedan energías, nos levantamos al amanecer, ¿vale?
Y el amanecer, como para despedirnos con buen sabor de boca, nos regala algunas de las mejores imágenes del viaje. Primero, lo que vemos, desde la ventana del apartamento, sólo con salir al balcón:
Y después, la caminata de rigor, que ya vamos conociendo, y el premio por tanto frío como vamos a pasar esta última mañana:
...Antes de volver definitivamente al albergue, ahora sí, para ir recogiendo todas nuestras cosas, despacio, muy despacio, como con parsimonia, como no queriendo terminar este que sin duda está siendo el viaje de nuestras vidas. Aunque aún una pequeña sorpresa nos estará esperando (¡Esto parece inagotable como fuente de sobresaltos!): a punto de aterrizar en Islandia, nos sorprende una vez más nuestra querida Aurora, desde el avión, y las casi dos horas que transcurren entre la segunda de estas fotos y la tercera se me hacen eternas. No puedo dejar de verla, de disfrutarla, pero no puedo fotografiarla porque estoy esperando por el aterrizaje, por el equipaje, por el transporte al albergue, por la caminata... Por fin, cuando llegamos a un lugar interesante, ya sólo queda un pequeño atisbo. Es nuestra despedida del gran norte. Ahora sí. Aunque sabemos bien que no es más que un "hasta luego..."
En fin, queridos, una vez repuesto y secas de nuevo mis lagrimillas, debo cerrar esta serie, aunque en estas fechas tan señaladas, en que todos nos hacemos tantos regalos. Os tengo preparados unos pocos. Creo que llegarán a tiempo para Navidad, pero no debéis dejar de estar muuuuy atentos a los próximos días (Ya sabéis, el viejo truco para tratar de engancharos unos días más)...
9 de diciembre de 2014
GROENLANDIA (8): AL FIN, LOS PERROS
Queridos amigos:
Terminamos la semana pasada con una cena reparadora y una no menos reparadora sesión de sleeping. Tantos días de emociones nos van dejando fatigados, y necesitábamos esta reparación. De modo que ya nuestras pilas están cargadas, y al amanecer estamos de nuevo buscando paisajes y aventuras. Una de mis fotos favoritas es la de mis amigos, en plena faena, recibiendo en el rostro los primeros rayos de sol...
Primero un paseo por la playa, buscando motivos interesantes para acompañar al amanecer. El cielo sigue relativamente despejado, aunque hay algunas nubes altas que ofrecen posibilidades fotográficas (los cielos azules son demasiado simples para los paisajes, creo yo...) , así que no dejemos de intentarlo...
Cuando volvemos al pueblo, pasamos junto a un elemento que parece que nunca falta en ningún lugar del mundo: luego, alguien nos dirá que representantes de la mismísima FIFA estuvieron una vez haciendo fotos y tomando medidas. Y no es para menos, pensamos, en la misma orilla del mar. Se me ocurre, sobre la marcha, que estaría chulo presenciar un partido...
El resto del día, sin mucho estímulo, lo pasaremos paseando por el pueblo, entablando pequeñas conversaciones aquí y allá (es increíble, pero ¡hay gente por la calle!), a través de las ventanas, visitando correos, buscando localizaciones para la noche, buscando detalles en el puerto, entablando amistad con los perros del lugar...
Hasta que llega la noche y de nuevo comienza nuestra rutina: cena, equipo, abrigo y a la calle. Esta noche, de nuevo se ha despejado y el cielo está muy claro, los -20 ya se han hecho habituales, y nos parecen más o menos "lo normal", así que no será eso lo que nos asuste... Sólo que las auroras son bastante suaves, y la luna casi llena las disipa un poco más. aunque admitámoslo: la luna ilumina el paisaje y las fotos son más completas. Si queréis un consejo (que nadie me ha pedido...): no aceptçeis todas las reglas que oigáis sólo por que sí, experimentad con las situaciones, siempre, y sacad vuestras propias conclusiones. Sólo así sabréis de verdad vuestras mejores opciones, vuestros puntos débiles y fuertes, vuestras situaciones favoritas, vuestro "estilo personal".
El caso es que nos volvió la vena de los "autorretratos nocturnos". Así quedaron más o menos...
Y sin mucho más que contar, otra noche en Groenlandia se nos fue. Nos queda tan solo un día en Qeqertarsuaq, y otro que pasaremos en Ilulissat a la vuelta, y esto ya huele a final. Pero esta mañana, después del paseo del amanecer, Ove nos tiene preparada una noticia, que nos da entre el olor a bacon y huevos recién fritos: "alguien ha venido contando que el lago nosequé está bastante congelado, por el frío de este último par de días, y dice Johanes que si queréis podéis pasar un día fuera con el trineo y los perros". ¿En serio? ¿Que si queremos? La sugerencia nos resulta muy graciosa, porque creíamos que ese era nuestro principal objetivo. Terminamos de desayunar y nos equipamos a toda prisa, porq efectivamente, Johanes vendrá muy pronto a recogernos. Y no puede ser más alucinante: Johanes nos viene a recoger... En trineo. Sabemos que la excursión no será muy larga, pero ahora sentimos que nuestro "círculo polar" se va a cerrar. Incluso nos encontraremos con algunos otros trineos de gente que, como Johanes, "no aguanta más sin salir un rato". Así que allá vamos:
Los trineos no son muy rápidos, y las bajadas no son, ni mucho menos, vértigo a tumba abierta. La velocidad se mantiene controlada porque la seguridad de los perros, de las personas y de los objetos es una prioridad, por supuesto, Se utilizan unos curiosos (e ingeniosos) dispositivos de freno: estas maromas que se cuelan por los patines delanteros, aumentando el rozamiento con la nieve y limitando el deslizamiento. Cuando la cuesta se suaviza, se pude equipar uno o los dos "frenos"
Mientras, Johanes también está feliz, y nosotros disfrutamos de nuestro "momento selfie" (o sea, el autorretrato de toda la vida), antes de la parada para el bocadillo, y del regreso, a media tarde al campamento de Qeqertarsuaq...
Y en fin, antes de pasar a otra cosa, quiero que veáis esto. Creo que os gustará:
Al llegar a casa, había nuevas sorpresas: Nejanguaq tenía una visita, unos estudiantes Daneses (compatriotas al fin y al cabo) están haciendo prácticas en la escuela donde ella trabaja (interesante la posibilidad de realizar prácticas en cualquier parte del país, ¿no?), han venido a tomar el café en casa, y en estos momentos están viendo su traje típico, lleno de preciosos detalles, mientras ella les explica cómo se hace cada cosa, y qué significado tiene, y el muuuucho trabajo que cuesta cada detalle. Y eso que el danés no es de mis mejores idiomas...
Las calzas de cuero, mejor agarre sobre el hielo que ningún otro material al alcance en estas tierras...
Los encajes, los bordados...
...Y las cuentas. No sé de dónde salen, pero hacen que el traje pese una barbaridad. Desde luego, son preciosas...
Esta noche es nuestra última noche en Qeqertarsuaq, De nuevo, saldremos en busca de la aurora. Aunque hoy no vamos a tener suerte, al menos nos acompaña la luna, que ilumina nuestros intentos. En cuanto a la aurora, tal vez mañana...
Terminamos la semana pasada con una cena reparadora y una no menos reparadora sesión de sleeping. Tantos días de emociones nos van dejando fatigados, y necesitábamos esta reparación. De modo que ya nuestras pilas están cargadas, y al amanecer estamos de nuevo buscando paisajes y aventuras. Una de mis fotos favoritas es la de mis amigos, en plena faena, recibiendo en el rostro los primeros rayos de sol...
Primero un paseo por la playa, buscando motivos interesantes para acompañar al amanecer. El cielo sigue relativamente despejado, aunque hay algunas nubes altas que ofrecen posibilidades fotográficas (los cielos azules son demasiado simples para los paisajes, creo yo...) , así que no dejemos de intentarlo...
Cuando volvemos al pueblo, pasamos junto a un elemento que parece que nunca falta en ningún lugar del mundo: luego, alguien nos dirá que representantes de la mismísima FIFA estuvieron una vez haciendo fotos y tomando medidas. Y no es para menos, pensamos, en la misma orilla del mar. Se me ocurre, sobre la marcha, que estaría chulo presenciar un partido...
El resto del día, sin mucho estímulo, lo pasaremos paseando por el pueblo, entablando pequeñas conversaciones aquí y allá (es increíble, pero ¡hay gente por la calle!), a través de las ventanas, visitando correos, buscando localizaciones para la noche, buscando detalles en el puerto, entablando amistad con los perros del lugar...
Hasta que llega la noche y de nuevo comienza nuestra rutina: cena, equipo, abrigo y a la calle. Esta noche, de nuevo se ha despejado y el cielo está muy claro, los -20 ya se han hecho habituales, y nos parecen más o menos "lo normal", así que no será eso lo que nos asuste... Sólo que las auroras son bastante suaves, y la luna casi llena las disipa un poco más. aunque admitámoslo: la luna ilumina el paisaje y las fotos son más completas. Si queréis un consejo (que nadie me ha pedido...): no aceptçeis todas las reglas que oigáis sólo por que sí, experimentad con las situaciones, siempre, y sacad vuestras propias conclusiones. Sólo así sabréis de verdad vuestras mejores opciones, vuestros puntos débiles y fuertes, vuestras situaciones favoritas, vuestro "estilo personal".
El caso es que nos volvió la vena de los "autorretratos nocturnos". Así quedaron más o menos...
Los trineos no son muy rápidos, y las bajadas no son, ni mucho menos, vértigo a tumba abierta. La velocidad se mantiene controlada porque la seguridad de los perros, de las personas y de los objetos es una prioridad, por supuesto, Se utilizan unos curiosos (e ingeniosos) dispositivos de freno: estas maromas que se cuelan por los patines delanteros, aumentando el rozamiento con la nieve y limitando el deslizamiento. Cuando la cuesta se suaviza, se pude equipar uno o los dos "frenos"
Mientras, Johanes también está feliz, y nosotros disfrutamos de nuestro "momento selfie" (o sea, el autorretrato de toda la vida), antes de la parada para el bocadillo, y del regreso, a media tarde al campamento de Qeqertarsuaq...
Y en fin, antes de pasar a otra cosa, quiero que veáis esto. Creo que os gustará:
Al llegar a casa, había nuevas sorpresas: Nejanguaq tenía una visita, unos estudiantes Daneses (compatriotas al fin y al cabo) están haciendo prácticas en la escuela donde ella trabaja (interesante la posibilidad de realizar prácticas en cualquier parte del país, ¿no?), han venido a tomar el café en casa, y en estos momentos están viendo su traje típico, lleno de preciosos detalles, mientras ella les explica cómo se hace cada cosa, y qué significado tiene, y el muuuucho trabajo que cuesta cada detalle. Y eso que el danés no es de mis mejores idiomas...
Las calzas de cuero, mejor agarre sobre el hielo que ningún otro material al alcance en estas tierras...
Los encajes, los bordados...
...Y las cuentas. No sé de dónde salen, pero hacen que el traje pese una barbaridad. Desde luego, son preciosas...
Esta noche es nuestra última noche en Qeqertarsuaq, De nuevo, saldremos en busca de la aurora. Aunque hoy no vamos a tener suerte, al menos nos acompaña la luna, que ilumina nuestros intentos. En cuanto a la aurora, tal vez mañana...
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